AGRESIONES EN LA CANCHA

´Cuando se tiene un carácter como el mío responder a

las agresiones es una necesidad¨

Púes precisamente esto fue lo que Guillermo Velásquez ¨el chato¨ le afirmó al periodista Alberto Salcedo Ramos en la entrevista que tubo lugar en una cafetería del Parque El Salitre en la cual juzgo al árbitro por su comportamiento en la cancha.

Desde el principio ¨El Chato¨ disfrutó la sensación de importancia, le agradaba ser reconocido en público, sentirse grande entre los grandes estimulando la atención de fabulosos méritos. Así como también pregonaba en voz alta que fue él quien abrió las puertas internacionales a sus compañeros colombianos.

Este explosivo Pereirano con sus vagos propósitos de vengarse en cada acto agresivo, cumple de cierta forma con lo que el mismo dijo en la entrevista, que el problema no es la fama sino la mala fama.

¨El Chato¨ menciona repetidas veces la palabra justicia, habla también de cumplimiento de leyes, pero es que… ¿acaso el cumple con lo que dice? Bueno, se sabe que antes de llegar a ser un árbitro profesional y famoso dentro de la historia del fútbol Colombiano primero fue boxeador. Entonces, ¿será posible que también tenga autoridad de imponer la fuerza y de cometer errores al jugar a hacerse el equivocado en la cancha?

Actos como éstos son los que incitan a que existan resentimientos y por ende violencia entre las barras bravas o fanáticos del fútbol.

El problemático personaje en el transcurso de sus años se enfrentó a muchos. En la cancha ejerció su profesión como árbitro y boxeador a la vez, claro que el 17 de julio de 1968 en el Estadio el Campin de Bogotá dejo de ser el protagonista al expulsar a Pelé, ante su cometido pudo sufrir el dolor de la humillación pública, por tanto a quien apoyaron 60 mil espectadores fue al jugador, pidiendo a gritos su retorno a la cancha, mientras tanto las maldiciones viajaban como flechas envenenadas hacia el árbitro.

Comportamientos como éstos es la principal causa para que se generen desordenes cuando lo que debería darse es un punto de equilibrio entre sentimientos y pensamientos en el momento de disfrutar un partido de fútbol.