CONSTRUYENDO PAZ

Sin duda Colombia enfrenta a diario diversas problemáticas de orden social que generan violencia como fuerza desorganizadora que opera sobre las personas de la sociedad. Ante esto, se toma como principal causante la siembra de cultivos ilícitos que conlleva al desplazamiento forzado y descenso en la construcción de país.

En esta búsqueda de estrategias en un contexto en el que se hace mas necesario generar espacios de reflexión entorno a la reconciliación y la paz en nuestra región, la Comisión de Conciliación Nacional, la Diócesis de Sincelejo-Pasto y la Sociedad Civil realizaron el foro: “construcción de acuerdos mínimos de paz y de reconciliación desde la región” el 9 de septiembre en el Auditorio Madre Caridad Brader de la Universidad Mariana. El espacio tuvo como objetivo inmediato definir unos acuerdos fundamentales, además de crear un movimiento para la reconciliación social y política del país como compromiso ciudadano.

De igual manera la iglesia aprovecho el evento para la celebración del jubileo de la Diócesis de Pasto en sus 150 años, la semana por la paz y el día nacional de los Derechos Humanos como expresión concreta del respeto por la dignidad del ser humano en la construcción de paz.

Navarro Wolf,gobernador de Nariño
Vanguardia.com.co

Aunque es evidente que esta clase de problemas que aquejan al país no se solucionan de la noche a la mañana se reconoce la lucha de las poblaciones por combatir este mal, no por eso se lo debe ver como un imposible muy ajeno a la realidad. De hecho, personajes como navarro Wolf, gobernador de Nariño aunque reconoce la gravedad del asunto trata de visibilizar otros aspectos que a bien contribuirían al desarrollo sostenible, pensando no solo en las victimas de conflictos sino también en los campesinos de escasos recursos en zonas marginadas de vital importancia.

Navarro referenció además que la responsabilidad del gobierno también radica en espacios para la educación, salud y atención a las víctimas del conflicto como necesidad básica en la búsqueda de caminos que conduzcan a una autentica reconciliación social y política de un país que sufre el desafió de la violencia y que lamentablemente muchas veces pareciera ganarle a la voluntad ciudadana de quienes guardan en su corazón la esperanza vivir en una patria diferente.

Se espera que espacios como éstos vayan mucho más allá del intento de querer conseguir la paz, de buscar un mundo perfecto entre equidad, justicia y respeto por la vida pero que si se fortalezca el espíritu de bondad y hermandad que permitan establecer acuerdos de convivencia en la misma necesidad de paz.